Has visto la película “La Ola”?
Yo tampoco la había visto, es más, ni la conocía,
hasta que en clase, el profesor, nos recomendó verla para poder hacer una
crítica sobre ella. La verdad. Es una película que al principio me pareció
aburrida, pero que a medida que va avanzando te engancha más. Además está
basada en hechos reales, algo que a mí me gusta mucho en las películas.
Tras verla, en clase realizamos una crítica en común
sobre ella, a continuación, os dejaré mi análisis y si os gusta os animo a
verla!
La película “La Ola” cuenta una serie de sucesos que ocurren en
una escuela de secundaria en la que el profesor Rainer Wenger, dirige un
proyecto educativo en torno a la autocracia. El profesor Wenger dio una serie
de clases en las que presentó los elementos que intentan dar sustento a esta
metodología política: espíritu de grupo, sentimiento de comunidad, ideales
comunes, disciplina y ayuda mutua. En unos días el experimento cobró vida
propia y alumnos de toda la escuela se unieron a él. Lo que comenzó con una
serie de ideas inofensivas, se fue convirtiendo en un movimiento real.
Los jóvenes se entusiasmaron, se pusieron un nombre, mejoraron en
autoestima e iniciativa, superaron sus diferencias sociales, se implicaron en
el diseño de un símbolo gráfico, adoptaron un uniforme común y un saludo
propio.
Sin embargo lo que empezó como un proyecto educativo empieza a ser
algo preocupante. El estilo de conducción de la clase por parte del profesor,
sufre un gran cambio: se vuelve directivo, asigna tareas y da órdenes, elogia y
critica en forma arbitraria, tiene previsto un plan a desarrollar pero no
explica las razones que motivan sus decisiones. Las orientaciones son dadas de
modo que los alumnos no puedan tener una visión total sobre la tarea a
realizar. El profesor, que hasta el momento representaba la autoridad puesta
por la institución, claramente se convierte en líder.
La estructura de comunicación también se modifica: desaparecen los
diálogos de los alumnos entre sí, las bromas y las risas. Las órdenes pasan a
ser acatadas y nadie se opone.
Los jóvenes de La Ola se han vuelto totalitarios (el que está en
desacuerdo debe callarse o será eliminado) y comienzan a generar nuevas pautas
de comportamiento que les permiten reconocer quién pertenece al grupo y quién
no.
El profesor se sorprende por la ciega obediencia de los alumnos a
sus órdenes y un tanto preocupado, decide ponerle fin a la experiencia no sin
antes agudizar al máximo la situación convocando a todos a una amplia reunión
multitudinaria.
Para esta ocasión todos se han vestido
con sus uniformes y esperan ver su deseo realizado, es decir, el surgimiento de
un movimiento a escala nacional que pueda cambiar la historia y enorgullecer a
Alemania. Y es de este punto en que todos los miembros de La Ola se sentirán
desilusionados. El profesor les hace ver que este movimiento es similar a lo
que ocurre en una dictadura y que su líder mundial no es otro que Adolf Hitler.